La exhumación, ejecución póstuma y decapitación del cadáver de Oliver Cromwell
El 30 de enero de 1661, el cuerpo de Oliver Cromwell fue exhumado de la tumba de la Abadía de Westminster donde se la había enterrado al morir tres años antes de una sepsis resultante de una infección urinaria (causada por cálcucos renales) combinada con un súbito ataque de malaria, cuyo tratamiento rechazó por fanatismo religioso (la quinina había sido descubierta por misioneros católicos).
La llamada Capilla de la RAF, donde fueron enterrados Oliver Cromwell y su hija Elizabeth, fallecida un mes antes que él. El de ella sigue allí (Shkuri Afshar en Wikimedia Commons) |
Aquel terrateniente, furibundo protestante, que lideró el New Model Army del bando parlamentarista durante la guerra civil inglesa y que con su victoria se convirtió en Lord Protector de la nueva Commonwealth republicana, a buen seguro nunca imaginó que la revolución iba a disolverse parcialmente tras su óbito y que el recuerdo que iba a dejar sería más turbio de lo que pudiera esperar.
Oliver Cromwell retratado por Samuel Cooper (Wikimedia Commons) |
Tras el fracaso de su hijo Richard en mantener el Protectorado -la dictadura de facto que había instaurado su progenitor en 1653- y un período de transición, en 1660 se había restaurado la monarquía en la persona de Carlos II, quien concedió una amnistía a los republicanos (Acta de Inmunidad y Olvido). Pero no perdonó a quienes participaron directamente en la muerte de su padre, Carlos I, condenando a la mayoría a cadena perpetua y ejecutando a doce al habitual método reservado a los regicidas: fueron arrastrados por las calles en un cesto, ahorcados y, respirando aún, eviscerados y descuartizados.
Máscara mortuoria de Oliver Cromwell conservada en el British Museum (Daderot en Wikimedia Commons) |
Richard se exilió en el continente para no regresar hasta 1681 y, entretanto, en línea con lo anterior, el cadáver exhumado de su padre, junto a los de otros dos compañeros también fallecidos, el jurista John Bradshaw y el general Henry Ireton (que era yerno de Cromwell) fueron sometidos a un juicio en la misma fecha en que se celebró el del anterior rey, el 30 de enero. Condenados a pena capital póstuma, se los arrastró por las calles de Londres y quedaron expuestos hasta las cuatro de la tarde, cuando los trasladaron a la aldea de Tyburn para colgarlos públicamente de unas cadenas y finalmente arrojar sus restos a una fosa.
La ejecución póstuma de Cromwell, Bradshaw e Ireton (con sus cabezas numeradas sobre picas, al fondo) en un grabado de la época (Wikimedia Commons) |
Antes les cortaron la cabeza (para separar la de Cromwell fueron necesarios ocho hachazos, ya que el cuerpo había sido embalsamado), exhibiéndose esos despojos sobre unos postes de seis metros de altura a la entrada de la citada Abadía de Westminster hasta 1685. Ese año, dice la tradición, una tormenta hizo caer el cráneo, que estaba semimomificado y atravesado todavía por una pica metálica, siendo recogido por un guardia que se lo quedó. No reapareció hasta 1710, en un museo privado londinense propiedad del coleccionista suizo Claudius du Puy, quien lo puso a la venta por sesenta guineas.
John Bradshaw en un grabado de George Perfect Harding (Wikimedia Commons) y Henry Ireton en un retrato atribuido a Robert Walker (Wikimedia Commons) |
En 1795 el dueño era Samuel Russell, un actor cómico decadente que aseguraba ser descendiente de Cromwell; consta porque le entregó la cabeza al orfebre James Cox como pago por una deuda de cien libras. Cuatro años más tarde, Cox lo vendió por doscientas treinta a los hermanos Hughes, que querían mostrarlo en una exposición en Mead Court, en Old Bond Street, junto con otros enseres que pertenecieron al personaje; finalmente el evento resultó un fracaso por el alto precio puesto a las entradas (dos chelines con seis peniques) y las sospechas de que aquella cabeza fuera falsa, algo que era imposible rebatir verificar entonces.
La cabeza semimomificada de Cromwell dibujada en un anuncio para exposición de los hermanos Hughes de 1799 (Wikimedia Commons) |
En 1815 la pieza fue comprada por un cirujano de Kent llamado Josiah Henry Wilkinson. Fue su hijo Canon quien permitió que se le practicaran una serie de análisis antropométricos para desmentir las acusaciones de fraude, habida cuenta de que el Ashmolean Museum tenía otra; aunque no fueron concluyentes, se dio por cierta su autenticidad con el argumento de "certeza moral" (una ambigua calificación enunciada por Aristóteles que equivale a muy probable pero por debajo de la seguridad absoluta), declarándose falsa la del museo.
Su nieto Horace la donó en 1960 al Sidney Sussex College (una de las instituciones de la
Universidad de Cambridge), donde el Lord Protector había estudiado, para
sepultarlo en su capilla. Allí reposa por fin, en la misma caja de madera de roble que le encargó el primer Wilkinson, aunque dentro de una arqueta hermética. Del cuerpo no se sabe nada. Una leyenda dice que otra de las hijas de Cromwell, Mary, lo rescató de la fosa a la que lo habían arrojado y lo enterró en una cripta sellada de la mansión de su esposo, en el Priorato de Newburgh; la familia rechazó siempre las peticiones -una del rey Eduardo VII- para abrirla.
Imagen de cabecera: vistas lateral y frontal de la cabeza de Cromwell.
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