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Mostrando entradas de octubre, 2022

El inaudito monstruo parido por un hombre en el siglo XVII

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  La ilustración de cabecera corresponde a sendas portadas de dos de los frecuentes pliegos de cordel que, bajo el epígrafe de relaciones de sucesos , narraban el nacimiento de seres deformes humanos y animales, siglos atrás, tanto en España como en el resto de Europa. Era todo un subgénero popular en el que se contaban sucintamente manifestaciones extraordinarias de la naturaleza, bien fenómenos meteorológicos (tormentas, granizos, erupciones volcánicas, etc), bien seres fantásticos que se hallaban en playas o bosques (dragones, la Tarasca ...), bien partos de ingenuidad tal como el de una mujer que había parido trescientos setenta hijos de una vez o el de otra cuyos cinco bebés llegaron con cosas en la mano (por ejemplo, una espiga de trigo).   Una cosa nunca vista digna de ser memorada, y de tener en memoria por ser una cosa estraña. Aunque es verdad que hay algunos incrédulos que se jatan de dezir que son mentiras estos sucesos que pasan.     Entre ésos que narraban nacimientos mo

La estoica agonía de Diego Hurtado de Mendoza

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  El 15 de agosto de 1575 moría en el madrileño Hospital de La Latina Diego Hurtado de Mendoza, poeta y diplomático al que algunos -con bastante controversia al respecto- consideran autor encubierto del Lazarillo de Tormes .    Nacido en Granada en una fecha incierta entre 1503 y 1504, era de familia noble:  hijo del conde de Tendilla, capitán general del Reino de Granada (por lo que la familia vivía en La Alhambra) y de la marquesa de Villena, y hermano de María Pacheco, posteriormente esposa del líder comunero Francisco Padilla. Tuvo como profesor al humanista Pedro Mártir de Anglería (que había sido capellán de Isabel la Católica ), por lo que sumó el espíritu renacentista a su conocimiento de la cultura morisca y a la formación militar propia de su alcurnia: es posible que participase en la batalla de Pavía, ya que acompañaba al rey Carlos y asistió a su coronación imperial en Bolonia, así como en la expedición de La Goleta, donde quizá conoció a Garcilaso de la Vega. Vista de La

El stechhelm o yelmo de boca de rana

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  El 10 de julio de 1559 moría Enrique II, rey de Francia, en un desgraciado accidente sufrido once días antes. Se estaba disputando un torneo para celebrar la Paz de Cateau-Cambrésis (el acuerdo firmado con España por el que ésta devolvía las plazas conquistadas durante la guerra a cambio de retener el Franco Condado y la renuncia francesa a sus aspiraciones en Italia, entre otras condiciones), que incluía la boda de su hija Isabel de Valois con Felipe II , cuando el rey galo, que participaba en una justa contra el conde de Montgomery, resultó herido en un ojo por un fragmento de la lanza astillada de su oponente que penetró hasta el cerebro. La inacción de los cirujanos, temerosos de agravar la herida, llevó al mismo inexorable final cuando una septicemia acabó con su vida.   La muerte de Enrique II en una antigua ilustración Y todo ello a pesar de que el monarca había sido precavido, usando un stechhelm o yelmo de boca de rana, que teóricamente minimizaba el riesgo...