El stechhelm o yelmo de boca de rana

 

El 10 de julio de 1559 moría Enrique II, rey de Francia, en un desgraciado accidente sufrido once días antes. Se estaba disputando un torneo para celebrar la Paz de Cateau-Cambrésis (el acuerdo firmado con España por el que ésta devolvía las plazas conquistadas durante la guerra a cambio de retener el Franco Condado y la renuncia francesa a sus aspiraciones en Italia, entre otras condiciones), que incluía la boda de su hija Isabel de Valois con Felipe II, cuando el rey galo, que participaba en una justa contra el conde de Montgomery, resultó herido en un ojo por un fragmento de la lanza astillada de su oponente que penetró hasta el cerebro. La inacción de los cirujanos, temerosos de agravar la herida, llevó al mismo inexorable final cuando una septicemia acabó con su vida.

 

La muerte de Enrique II en una antigua ilustración

Y todo ello a pesar de que el monarca había sido precavido, usando un stechhelm o yelmo de boca de rana, que teóricamente minimizaba el riesgo... pero no lo evitaba del todo, como descubrió Enrique II para su desgracia. Ese tipo de protección apareció en la Europa germánica a principios del siglo XV y fue usado por los caballeros hasta el primer cuarto del siglo XVI. Eso sí, el característico visor que le da nombre -esa ranura horizontal que asemeja la boca de un batracio- limitaba demasiado la visión del usuario y además el casco solía remacharse a la coraza, impidiendo girar la cabeza. Por tanto, se trataba de una moda más que de un recurso técnico.

 

Armadura de parada de Enrique II de Francia

Inicialmente, los stechhelm eran cascos fabricados de una sola pieza, pero más tarde se articularon con varias, incluso usando bisagras para abrirlo o cerrarlo frontalmente y aliviar así la escasa ventilación interior. Por esa misma razón, a algunos se les practicaban aberturas a los lados, unas veces en forma de rejilla y otras con tapas. Necesarias y bienvenidas por los caballeros usuarios, ya que, por dentro, usaban una capucha de tela y fibra acolchada, sujeta a la parte exterior mediante unas correas de cuero y cordones que salían al exterior mediante ranuras. 

 

Capucha interior fabricada en Innsbruck en 1484 y forma de sujetarla al yelmo mediante correas.

Todos esos incovenientes hicieron que ese tipo de yelmo no se utilizase en la guerra sino en justas y torneos, en los que proporcionaba una gran protección contra las astillas que producía la lanza del adversario al romperse contra el escudo o la armadura (una técnica para asegurarse más aún era levantar la cabeza en el momento del impacto, alejando la abertura, aunque a costa de perder la visión durante unos segundos). Como hemos visto, ello no evitó que el soberano francés sufriera el inesperado final en aquella lid fatídica.

Imágenes de cabecera: armadura de justa del emperador Maximiliano I (1494) y mitad delantera de un stechhelm con aberturas laterales de ventilación.