Apelando a la estaca: el brutal linchamiento del Cura de Tamajón
Ay, le lé, que toma que toma, Ay le lé que daca que daca, ya no bastan las razones, apelemos a la estaca. Estos versos resumen, en una atinada combinación de comedia y tragedia, el ambiente que se respiraba en España a mediados del Trienio Liberal. Un período cuyas esperanzas se fueron disolviendo en una febril sucesión de enfrentamientos, conspiraciones, asonadas y, en suma, crispación creciente. Todo terminó por eclosionar en un tremendo episodio, ocurrido el 4 de mayo de 1821, que supuso uno de los golpes más fuertes que el régimen se autopropinó para desmoronarse no mucho después: el brutal linchamiento del Cura de Tamajón. En 1820, habiendo triunfado el pronunciamiento del teniente coronel Rafael del Riego, se implantaba en España el liberalismo por primera vez (al margen de los dos años de vigencia de la Constitución de 1812, cuyo contexto de invasión y guerra impedía desarrollar una labor política). La propia forma de producirse el cambio es un indicativo claro de la precarie