Primer mapa del Estrecho de Magallanes (1522)
Éste es el primer mapa del Estrecho de Magallanes, conservado en la Biblioteca Nacional de Chile y realizado por el italiano Antonio de Pigafetta durante el viaje que el navegante portugués Hernando de Magallanes inició en 1519 para Carlos I y que terminaría el vizcaíno Juan Sebastián Elcano en 1522, en lo que terminó por convertirse en la primera vuelta al mundo.
Pigafetta, natural de Vicenza, pertenecía a una rica familia veneciana y por eso pudo estudiar ciencias en la universidad, entrando al servicio del nuncio apostólico Francesco Chiericati y acompañándole en un viaje a España. Allí, instalado en Barcelona, conoció a Magallanes y su proyecto de abrir una nueva ruta a las Indias, enrolándose en la expedición. Registrado como Antonio Lombardo, fue destinado a la nao Trinidad.
Pigafetta
resultó herido en Mactán, donde falleció su capitán, pero
sobrevivió e hizo el viaje de regreso a España con Elcano, a bordo de la nao Victoria. Después le entregó al rey una copia de su diario Relazione del primo viaggio intorno al mondo, que se
publicó en Venecia en 1536 con información no sólo de cómo se
desarrolló aquella aventura sino también de los lugares visitados
en todos los aspectos: geografía, fauna, flora, clima, gentes,
lenguas y veintitrés mapas en color dibujados a mano.
El de la imagen muestra el extremo sur del continente americano invertido, con el norte abajo, de ahí que el Pacífico aparezca a la derecha. Se identifica al Atlántico como Mar Océano y al Río de la Plata como Estrecho de Juan de Solís. También aparecen la Patagonia, los cabos Deseado y de las Vírgenes, y el Puerto de San Julián.
Se trata de una reproducción incluida en la edición que realizó en 1800 Carlo Amoretti, sacerdote, escritor, académico y científico que tres años antes había encontrado la obra de Pigafetta perdida en la Biblioteca Ambrosiana de Milán, de la que era conservador. Bajo el título Primo viaggio intorno al globo terracqueo ossia regguaglio della navigazione alle Indie Orientali per la via d'occidente, actualizó el idioma y añadió algunas notas.
Del original sobreviven cuatro versiones manuscritas, tres en francés y una en italiano, cada una de ellas con un juego cartográfico completo.
Imagen: Biblioteca Nacional de Chile

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