Orden de pago a la princesa Zoraida, viuda de Muley Hacén y dama de compañía de Isabel la Católica
Por este documento que vemos en la imagen siguiente, datado el 8 de agosto de 1494 y conservado en el Archivo General de Simancas, se ordena al receptor de los bienes confiscados por la Inquisición de Córdoba que pague a la reina Zoraida, residente en dicha ciudad, lo asignado para su mantenimiento en el último año y que aún se le debe.
Originalmente, Zoraida se llamaba Isabel de Solís y era la hija de Sancho Jiménez de Solís, alcaide del castillo de la Higuera de Martos (actual Higuera de Calatrava, Jaén), a su vez comendador de la localidad de Martos. Cuenta la tradición que fue capturada por los musulmanes nazaríes cuando recogía flores en el campo y, siendo de gran belleza (rubia y pálida, según las descripciones contemporáneas), la llevaron al palacio de la Alhambra para mostrársela al rey Muley Hacén, quien quedó enamorado a primera vista. Otra versión dice que la vendieron como esclava y fue comprada por Aixa, la esposa del rey nazarí, que la encerró en lo que hoy se conoce como Torre de la Cautiva (foto de cabecera).
Tras convertirla al islam, Muley Hacén se casó con ella, cambiándole el nombre por el de Zoraida (o Soraya), que significa Lucero del alba, y tuvo dos hijos con ella, Nasr ben Alí y Saad ben Alí. Ese matrimonio, y muy especialmente la consiguiente descendencia, no gustó a Aixa, que veía peligrar la sucesión de su hijo Boabdil y por ello alentó varias conspiraciones que terminaron por provocar su repudio y expulsión de la corte junto con su vástago. Pero, a la larga, sus intrigas con los abencerrajes provocaron la abdicación de Muley Hacén en su hermano Muḥammad az-Zaġall, más conocido como el Zagal.
Hasta ahí la historia se mezcla con leyenda, aunque parece que el enamoramiento mutuo fue real a tenor de la correspondencia entre ambos. Luego apenas hay noticias de Zoraida, que en 1482 se fue al exilio con su esposo y, tres años después de la muerte de éste, habiendo respondido negativamente a la propuesta de su cuñado de casarse con ella y quizá por miedo al rechazo por parte de su familia, algo habitual en las mujeres nobles apresadas, volvió a abrazar el cristianismo junto con sus hijos, rebautizados Juan y Fernando. Zoraida pasó a ser dama de compañía de Isabel la Católica, pero se ignora qué fue de ella cuando la reina falleció, salvo que siguió percibiendo una renta anual de la Corona.
El reino nazarí de Granada antes del comienzo de la guerra contra Castilla y Aragón en 1482 (Tyk en Wikimedia Commons) |
Su estirpe (y la de Muley Hacén, por tanto) la perpetuó Juan, que había sido incorporado a la corte castellana junto a su hermano para evitar posibles tentaciones de rebelión. Lo hizo por vía matrimonial, enlazando primero con Beatriz de Sandoval, con quien tuvo dos hijos y dos hijas, y luego con María de Toledo y Monzón, con la que también tuvo dos varones y dos hembras. Uno de ellos, Diego, continuó la tradición militar de su padre (que combatió contra los comuneros y fue gobernador del Reino de Galicia) como capitán de los Tercios de Flandes, participando en la Batalla de San Quintín. Fernando se casó con Mencía de la Vega, pero no tuvieron descendencia.
Imagen de cabecera: JAF
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