Billy el Niño, Chisum y la Guerra del Condado de Lincoln

 

-No hay ley al oeste de Dodge y no hay Dios al oeste del Pecos. ¿Verdad, Chisum?

-No, señor Pepper. Porque, vaya la gente donde vaya, antes o después llegará la Ley. Y antes o después descubrirán que Dios estuvo allí.

Este diálogo entre Ben Johnson y John Wayne al final de la película Chisum, deja patente -al margen de la evidente metáfora sobre el personaje protagonista- una de las características de la historia de EEUU: en los territorios en los que había una ausencia de ley en la práctica, por las dificultades inherentes al propio devenir histórico de un país en formación, los problemas se solucionaban con una ley no precisamente escrita, la del revólver. Uno de los ejemplos más patentes de ello fue la llamada Guerra del condado de Lincoln, que un puñado de películas, entre ellas la mencionada, han llevado a la gran pantalla, desde El zurdo a las dos entregas de Arma joven, pasando por Pat Garret y Billy el Niño, si se citan sólo las más destacadas.

Carteles de las películas más destacadas sobre el tema

Tiene algo de irónico que el auténtico John Simpson Chisum no se pareciese nada a Wayne físicamente, sino que más bien era un calco de otro personaje de un film de éste, La diligencia: basta mirar su foto para reconocer al caballero sureño Hattfield que encarnaba John Carradine. Pero el cine es así y el vaquero por excelencia del celuloide asumió el papel de aquel acaudalado ganadero dueño del enorme rancho Jinglebob, que se extendía cientos de kilómetros en torno a las fértiles riberas del Pecos y donde criaba más de cien mil reses, superando los mil y un problemas que suponía sacar adelante un negocio de ese tipo: desastres naturales, escasez de agua, robos...

 

John Simpson Chisum (Wikimedia Commons)

Ese pujante rancho estaba en Nuevo México, territorio expoliado a los mexicanos por el Tratado de Guadalupe-Hidalgo (1848) que no sería estado hasta 1912 y, por tanto, se veía abocado a esa carencia legislativa que iba a desembocar en un episodio inaudito incluso para los ya de por sí heterodoxos estándares del Salvaje Oeste americano; una auténtica contienda entre civiles que duró cinco meses y culminó con un tiroteo de cinco días en pleno centro del pueblo.

Evolución de la frontera entre México y EEUU (Wikimedia Commons)

A su término, el 20 de julio de 1878, la que fue bautizada como la Guerra del condado de Lincoln se había cobrado veintitrés muertos y otros tantos heridos, aunque podría sumarse alguno más como resultado de los tortuosos caminos que tomaron algunos personajes a partir de ahí. 

Uno de ellos, que aportó su grano de arena a la forja del carácter del Far West, tanto en el plano positivo como en el negativo, fue el famoso Billy el Niño, que murió abatido por otro que en la época de la guerra había sido compañero suyo, el no menos célebre sheriff Pat Garrett. Lo veremos más adelante. De momento entendamos el atractivo que todo esto despertó en Hollywood, por encima de otros episodios similares que ocurrieron con anterioridad y posterioridad.

Lincoln en la segunda mitad del siglo XIX (Wikimedia Commons)

Un ejemplo de ellos podría ser la Guerra del condado de Colfax, que al disputarse entre 1873 y 1888 se solapó con la de Lincoln, ambas con el elemento común de tener lugar en Nuevo México. Se debió al intento, por parte de un grupo de financieros ferroviarios, de expulsar a una gran cantidad de agricultores y mineros -la mayoría hispanos- que carecían de los correspondientes títulos de propiedad al haberse establecido por gentileza del anterior terrateniente. Esos colonos se resistieron y ello degeneró en peleas y tiroteos, que terminaron con unos marchándose y otros negociando su permanencia.

Otro caso fue la Guerra del condado de Mason, en la Texas del bienio 1875-76, en la que se enfrentaron ganaderos anglosajones y alemanes cuando éstos se hartaron de los frecuentes robos de reses que sufrían. O la disputa de Forida en la que el magnate ganadero Mose Barber mató al sheriff David Mizell cuando éste le embargaba sus manadas por negarse a pagar impuestos y la cosa terminó con cuarenta y un muertos. O la Guerra de la Sal de San Elizario (1877-88), cuando los texanos de El Paso -muchos de ellos mexicanos- se rebelaron contra la autoridad por defender ésta a un magnate que pretendía acaparar la extracción de sal de los lagos secos de las montañas de Guadalupe, derrotando a un escuadrón de los Rangers.

 

Lo que ha costado una vaca, por Frederic Remington (Wikimedia Commons)

Estos incidentes y muchos más que se podrían citar antes y después de esas fechas (la Guerra de Pleasant Valley, la Guerra de la Cordillera Castaic, la Guerra de la Cordillera Porum, los Estranguladores de Stuart, la Guerra del Condado de Jonhson, etc) solían tener como elemento común el choque entre facciones diferentes, las de los llamados robber barons (aristócratas ladrones) y la gente más humilde, a menudo por tierras, ganado o minerales, agrupándose dichas pugnas bajo el epígrafe común de Range Wars.

Por encima de las citadas es obligado reseñar también la Guerra del Pecos (1876-77) porque se trató del mencionado prólogo de la de Lincoln. La desató Chisum en sus pioneros y difíciles momentos de colonización del territorio neomexicano, cuando la tierra se adjudicaba en propiedad al que la reclamase primero y él monopolizó los mejores pastos en torno al río Pecos, el principal afluente del río Bravo (río Grande para los estadounidenses) y frontera natural no sólo con México sino con el Salvaje Oeste en general. El escenario más adecuado para esa tragedia.

Curso del río Grande con sus principales afluentes (Kmusser en Wikimedia Commons)

A medida que prosperaba, Chisum fue enfrentándose a todos los que se le oponían,  tildándolos de cuatreros; en algunos casos con razón -tiempos duros en los que la supervivencia se obtenía defendiéndola arma en mano- y en otros de forma más discutible. Entre los damnificados estaban los apaches mescaleros, a los que arrebató tierras y combatió por su costumbre de robarle caballos (hasta un millar llegaron a llevarse de una sola vez), pero también había muchos ganaderos más modestos que en el fondo eran competidores suyos y que se defendieron apoyados por un equipo de abogados, políticos y especuladores inmobiliarios reunidos bajo el nombre de Santa Fe Ring (Anillo de Santa Fe), próximo al Partido Republicano y cuya influencia se mantuvo décadas.

Viñeta satírica sobre el Anillo de Santa Fe publicada en 1880 en el periódico Thirty-Four

 

Paradójicamente, esos ganaderos anglosajones había expoliado previamente a ovejeros y granjeros mexicanos en el condado de Coldfax. Ante el nuevo rival, contrataron a una banda de pistoleros bautizada con el nombre de Seven Rivers Warriors y entonces Chisum organizó también su propio ejército personal, que no tardó en enzarzarse a tiros con el otro produciéndose las primeras muertes. Entre ellas estuvieron las resultantes de una razia en la reserva india y la de un vaquero rival al que el poderoso ranchero mandó ahorcar por acabar con uno de los suyos, haciendo efectiva la ley del más fuerte. 

Chisum fue procesado por ello ello, pero salió indemne y todo pareció quedar más o menos tranquilo tras dos años de alta tensión entre 1876 y 1877. Sin embargo, no dejaron de latir odios y deseos de venganza que sólo necesitaban una chispa para encenderse de nuevo, algo que ocurrió finalmente el 18 de febrero de 1878. 

John Tunstall (Wikimedia Commons)
 

Aunque apoyaba a uno de los bandos litigantes, y pese a lo que muestra la película de John Wayne, esta vez el proceloso ganadero se mantuvo en segundo plano (de hecho, ni siquiera estuvo presente porque, consciente del peligro que sufría, se trasladó temporalmente) ante el protagonismo que cobraron sus dos socios. 

Uno era John Henry Tunstall, un joven emigrante inglés, natural de Londres, que en 1876 compró un rancho al sur de Lincoln, ampliando su actividad con la apertura en la ciudad de un almacén comercial y un banco. Para ello obtuvo la colaboración económica de Chisum y un amigo de éste, el canadiense de origen escocés Alexander McSween, que pese a haber estudiado un único año de Derecho en Saint Louis trabajaba en Lincoln como abogado.

 

Alexander McSween (Wikimedia Commons)

Lawrence Murphy era un inmigrante irlandés, veterano de la Guerra Civil -en la que combatió por el Norte-, que a través del mencionado Anillo de Santa Fe se mezcló en el turbio asunto de la manipulación de títulos de propiedad para la venta a colonos estadounidenses de tierras que habían pertenecido a España y México. Dado que también les concedía créditos para ello, cuando los compradores no podían sufragar las deudas contraídas, cosa frecuente, pasaba a embargarles las tierras; de esa manera, Murphy consiguió convertirse en un rico propietario que rivalizaba con Chisum.

James Dolan, Emil Fritz, W.W. Martin y Lawrence Murphy (Wikimedia Commons)

Finalmente se estableció en Lincoln, fundó la compañía LG Murphy & Co. junto al germano Emil Fritz y se asoció con uno de sus empleados aventajados para realizar diversas operaciones comerciales y bancarias que les enriquecieron, entre ellas la susodicha venta de tierras con títulos falsos, pero también el suministro de carne a los apaches mescaleros, siempre sisando a su favor. 

Ese otro nuevo socio, también irlandés y excombatiente en el mismo bando, era James Dolan, un hombre de pocos escrúpulos y amigo íntimo del sheriff local, William J. Brady, asimismo procedente de Irlanda y ex-soldado de la Unión, que poseía un rancho comprado gracias a un préstamo de Murphy. 

El sheriff William J. Brady (Wikimedia Commons)
 

Murphy y Dolan tenían en Lincoln un banco, el First National Bank, y una de esas tiendas-almacén típicas del Oeste en las que se vendía de todo y a la que llamaban The House; en ambos cobraban altos intereses y precios gracias a la inexistencia de competencia, lo que les hizo ganarse el odio popular. Cuando Tunstall y McSween abrieron sus propios negocios con tarifas muy inferiores, atrayendo toda la clientela y acabando con aquel monopolio (aunque su objetivo declarado era simplemente ocupar su lugar), el conflicto estuvo servido. 

Un conflicto no exento de otros ribetes, como el hecho de que Murphy y Dolan eran católicos y los otros protestantes (para ser exactos, Tunstall se consideraba agnóstico mientras que McSween había sido pastor prebiteriano en su juventud), así como que los dos primeros militaban en el Partido Republicano -Chisum era demócrata- y formaban parte del reseñado Anillo de Santa Fe, en el que militaban también el gobernador local, el presidente del Tribunal Supremo y el fiscal general.

Interior del Tunstall Store de Lincoln; todavía se conserva como museo (Wikimedia Commons)

Este último, Thomas Catron, fue uno de los responsables de los acontecimientos venideros. En 1874 Fritz regresó a su Alemania natal, donde falleció por una enfermedad renal dejando su patrimonio -un rancho- a sus hermanos. El albacea era el sheriff Brady, que dilató durante dos años el proceso por orden de Murphy y Dolan, quienes aspiraban a quedarse con el legado. Entonces la hermana de Fritz contrató como abogado a McSween, que se enfrentó con ellos. 

La respuesta de Dolan fue demandarle junto a su amigo Chisum y fueron arrestados. Catron, liberó pronto a Chisum por falta de pruebas, pero retuvo al letrado acusándolo de malversación de un seguro de su cliente y emitió una orden de embargo que afectaba a su socio, Tunstall, cuyo almacén y banco, habiendo bajado precios e intereses, estaban llevando a la quiebra a los negocios de los otros. Esto último constituía todo un problema, ya que algunos miembros del Anillo de Santa Fe tenían hipotecas invertidas en el banco de Murphy, que usaban para sus habituales trapicheos, así que se desataron los nervios.

Jessie Evans, jefe de The Boys (Wikimedia Commons)
 

Todo se precipitó tras una discusión en la que Dolan retó a duelo a Tunstall, aunque éste rehusó porque sabía que su oponente tenía experiencia en matar:  en 1873 había disparado sobre un capitán del ejército -lo que supuso la expulsión de LG Murphy & Co. de Fort Stanton, donde vendía la carne para los indios- y cuatro años más tarde acuchilló mortalmente en una pelea a Hicripario Jaramillo, cuya viuda terminaría casándose con George Peppin, ayudante del sheriff Brady. Lo cierto es que ambas facciones veían inevitable el enfrentamiento y estaban preparándose para ello, reclutando pistoleros.

Así, el bando Murphy-Dolan contrató a The Boys, la banda de Jessie Evans, un antiguo vaquero de Chisum que dejó su trabajo para unirse primero a la pandilla del bandido John Kinney y después formar su propio grupo; ambas cuadrillas terminaron trabajando juntas en la Guerra de Lincoln junto a una tercera, los reseñados Seven Rivers Warriors, sumando más de una treintena de hombres. 

Miembros de la banda Seven Rivers Warriors (Legends of America)
 

Por su parte, Tunstall y McSween no ficharon partidas sino a una decena de individuos, todos de pasado tan turbulento como los anteriores, que en su mayor parte trabajaban como vaqueros de su rancho; de hecho su capataz, Richard Brewer -irónicamente antaño trabajador al servicio de Murphy-, ejercía el liderazgo sobre ellos por ser el más maduro y cerebral. Se los conoció con el nombre de Lincoln County Regulators por los hechos que ocurrieron cuando todo eclosionó, que permitieron que durante un tiempo actuasen avalados por la ley.  Junto a ellos estaban también los numerosos mexicanos perjudicados por el Anillo de Santa Fe, liderados por Juan Patrón.

Los Reguladores del Condado de Lincoln (New Mexico Nomad)

Fue en la primavera de 1877, a raíz de una paliza que dos desconocidos propinaron al sheriff Brady en pleno centro de Lincoln y que se supuso que actuaron siguiendo instrucciones de Tunstall. Unos meses más tarde, en febrero de 1878, a los pistoleros de Jessie Evans, nombrados ayudantes por el sheriff, se les envió a embargar el ganado de Tunstall como garantía de pago de las deudas que había acumulado su socio, McSween, en el proceso de los Fritz. 

Ya llevaban incautadas trescientas cabezas cuando se enteraron de que él estaba conduciendo una manada de caballos a la ciudad, para confiscarle su ganado  Ocultos tras unos matorrales, empezaron a disparar. Mientras sus hombres le cubrían, él emprendió la huida con los animales, pero Evans y otros dos ayudantes le persiguieron y lograron abatirlo. Oficialmente se dijo que había intentado resistirse, aunque nadie lo creyó.

Una visión artística de la muerte de Alexander McSween
 

La guerra había comenzado y con ella los movimientos estratégicos de los contendientes. McSween acudió al juez de paz, John Wilson, que era amigo suyo, consiguiendo que nombrara agentes especiales a los pistoleros que había contratado; de este modo podría arrestar a los responsables de la muerte de su socio. Así nacieron los mencionados Reguladores del condado de Lincoln que, efectivamente, dieron con dos de los homicidas.

Pero no se limitaron a detenerlos sino que los ejecutaron sumariamente con la excusa de que intentaban huir. Eso no les bastó a los demás, especialmente a un joven vaquero de ascendencia irlandesa al que Tunstall había rescatado de la vida de delincuencia que llevaba en su adolescencia, ejerciendo sobre él una especie de padrinazgo redentor; se llamaba William Bonny, aunque era más conocido como Billy el Niño.

Billy el Niño posando con un Winchester, arma que manejaba magistralmente a una mano. La fotografía original, al parecer, está invertida, por lo que el revólver colgando a su izquierda llevó a deducir erróneamente que era zurdo (Wikimedia Commons)
 

Billy, que empezaba a reconducir su vida, se sintió huérfano por segunda vez y más aún después de que, cuando acudió con Brewer a exigir a Brady que persiguiera a los asesinos, el sheriff no sólo no le hizo caso sino que encerró a ambos unos días,  haciendo que no pudieran asistir al funeral de Tunstall. Fue el colmo para Billy, que el 28 de diciembre, ya libre y acompañado por media docena de Reguladores, tendió una emboscada desde la tienda de Tunstall al agente; murió acribillado junto a uno de sus ayudantes, George Hindman. 

Según algunos historiadores, Billy no sólo habría actuado por venganza sino también para arrebatarle a Brady una hipotética orden de arresto contra McSween, de ahí que corriera hacia su cuerpo para sacarle el papel del bolsillo, aunque otros opinan que únicamente quería recuperar un Winchester que le había incautado, regalo de Tunstall. En cualquier caso, eso le hizo resultar herido por el disparo de otro ayudante, pero pudo escapar a Texas; nunca imaginó que aquel incidente sería el origen de su trágico destino.

Billy y Dick Brewer en acción, obra de Andrew Thomas (Wikimedia Commons)

Entretanto, la singular contienda se enredaba cada vez más con robos de ganado -The Boys asaltaron el rancho de Chisum, por ejemplo- y ajustes de cuentas personales entre los pistoleros de ambas facciones; uno de los que cayeron fatalmente fue Brewer, abatido por Buckshot Rogers, que a su vez también perdió la vida (irónicamente, fueron enterrados uno al lado del otro) asediado en una cabaña por los Reguladores, en lo que se ha dado en llamar la Batalla de Blazer Mill; Billy mismo volvió a ser levemente rozado por una bala. 

En ese intercambio de golpes se iban acumulando cada vez más cadáveres cuando, en abril de 1878, el gobernador del estado, Samuel B. Axwell, que pertenecía al Anillo de Santa Fe, dejó en la ilegalidad a los Reguladores al destituir al juez de paz que los había nombrado aduciendo que su nombranmiento había sido ilegal. Fueron acusados formalmente del asesinato del sheriff y dos semanas después pasó lo mismo con Dolan, Evans y otros de sus secuaces, imputados por la muerte de Tunstall. 

La cabaña de Blazer Mill donde murieron en un tiroteo Richard Brewer y Backshot Rogers (Legends of America)
 

Era un reparto equitativo de justicia con el fin de poner paz en algo que empezaba a ir demasiado lejos, pero no calmó los ánimos sino todo lo contrario; fue la antesala del episodio más grave: la batalla de Lincoln. Tuvo lugar el 15 de julio de ese mismo año, cuando los Reguladores heridos ya se habían repuesto y elegido otro jefe, Frank McNab, antiguo vaquero de Chisum y Tunstall, mientras que el otro lado nombró nuevo sheriff a John Copeland.

Éste no tardó en dimitir al negarse a ser manipulado, siendo su sustituto George Warden Peppin, el ayudante del fallecido Brady, que había logrado sobrevivir a la emboscada que acabó con su superior y seguía leal a su bando (fue de los pocos que llegaron a viejo, muriendo en 1904 a los sesenta y cinco años de edad, gracias a que terminaría renunciando a su estrella). Con la estrella en el pecho, contrató como ayudantes a los bandidos de Jessie Evans y los citados Seven Rivers Warriors.

George Warden Peppin (Find a Grave)

Ese pequeño ejército se lanzó a la caza de los Reguladores. Tres de ellos fueron sorprendidos en el rancho Fritz, muriendo McNab; al día siguiente, los atacados se tomaron cumplida venganza matando a cuatro enemigos, aunque algunas fuentes atribuyen la acción a Billy el Niño en solitario. No obstante, la batalla no había hecho más que comenzar. 

Tras otro tiroteo, los Reguladores apresaron e hirieron a Jesse Evans, al que consideraban autor del disparo que mató a McNab. Entonces, imaginando -con razón- que sus adversarios buscarían venganza inmediata, se refugiaron en casa de McSween, junto al dueño (que acaba a de ser absuelto del cargo de malversación relacionado con la herencia de Fritz), su familia y una docena de vaqueros mexicanos. 

Lincoln en 1878. A lo largo de la avenida principal, calificada alguna vez como "la calle más peligrosa de América", estaban The House (2), la casa de McSween (6) y la tienda de Tunstall (8); frente a esta última fue abatido el sheriff Brady (Friends of Historic Lincoln)
 

A la señora McSween se le permitió salir junto con otras mujeres y varios niños, pero el edificio quedó rodeado inmediatamente y los demás resistieron allí cinco inauditos días, intercambiando disparos y desoyendo las exhortaciones a salir que les hicieron los hombres de Dolan y Murphy, con el sheriff Peppin al frente. Aquella  tensa situación iba  mucho más allá de los tiroteos y ajustes de cuentas que caracterizaban al Salvaje Oeste; ahora implicaba incluso al ejército, ya que hizo aparición un pequeño escuadrón de caballería formado por once buffalo soldiers (soldados negros).

Al mando estaba el coronel Nathan Dudley, enviado desde Fort Stanton por la repercusión mediática -no exenta de cierta satisfacción- que suponía tener en guerra una ciudad del país, atemorizando a su población. Sin embargo, la esposa de McSween demandaría más tarde al oficial por considerarlo partidario de Murphy y Dolan, así como responsable indirecto de la muerte de su marido. 

La huida de los Reguladores de la casa incendiada de McSween (Peter Rogers en New Mexico Nomad)

Ésta acaeció la quinta noche, después de que los Reguladores decidieran abandonar la casa y huir en todas direcciones al ver cómo los soldados apuntaban hacia ellos un obús y una ametralladora Gatling, manteniéndose de brazos cruzados mientras los hombres de Murphy y Dolan prendían fuego al inmueble para obligarlos a salir. 

Billy -que en el tiroteo subsiguiente le voló la cara al bandido Kinney- logró ponerse a salvo con algunos más, corriendo mientras disparaba entre las llamas y el humo contra todo lo que se movía. Pero Alexander McSween no tuvo suerte y fue una de las cinco víctimas mortales que se cobraron las balas perdidas en la oscuridad; seis, contando a uno de los atacantes.

El bandido John Kinney, abatido por Billy el Niño (Wikimedia Commons)

Fue el final de facto de la guerra, pues, aunque algunos Reguladores lograron escapar, el grupo no sólo había sufrido demasiadas bajas a esas alturas sino que tampoco tenía ya por quién luchar, habida cuenta de la muerte de Tunstall y McSween. Desprovistos además de su condición legal, pasaron a ser fugitivos y se dispersaron, sufriendo suerte dispar. 

Varios murieron a manos de Pat Garret, elegido sheriff de Lincoln en 1980, y otros se acogieron a una amnistía que dictó el nuevo gobernador Lewis Wallace (el autor de la novela Ben-Hur), que sin embargo excluyó a Billy el Niño por ser responsable de la muerte de un agente de la ley; sus actos no eran peores que los de los otros implicados, pero resultaba una perfecta cabeza de turco. Como es sabido, también él acabaría abatido por Garret, viejo amigo suyo pero también de su primera víctima, Brady, entrando en la leyenda. 

Lewis Wallace cuando era general en la Guerra de Secesión (Wikimedia Commons)

Respecto a los demás, Murphy apenas vivió para disfrutar su victoria; no recibió un tiro a bocajarro por cortesía de Billy, como se muestra en Arma joven, sino de una forma más prosaica: tenía cáncer y falleció tres meses después del asalto a la casa. Dolan, que había ofrecido mil dólares a quien matase a McSween, fue encausado por la viuda de éste; pero algunos de sus pistoleros, liderados por Jessie Evans- que sobrevivió a sus heridas-, asesinaron al abogado designado, Huston Chapman, aunque nunca se pudo demostrar que él fuera el instigador. 

Finalmente a Dolan le absolvieron también de la muerte de Tunstall, cuyas tierras se quedó. Pasó una mala racha de alcoholismo que superó al obtener el cargo de tesorero del condado y senador territorial. Se había recuperado de la quiebra y enriquecido, pero lo disfrutó poco tiempo al morir en 1898, a los cuarenta y nueve años. Por su parte, Evans llevó una vida de bandidaje que terminó cuando le arrestaron los Texas Rangers... y se escapó de prisión sin que se volviera a saber de él.

Susan McSween (The Historical Marker Database)

Otro al que Susan McSween llevó a los tribunales fue al coronel Nathan Dudley, el hombre que dirigió el asalto a su casa y no impidió que se le prendiera prendió fuego. Fue sometido a un consejo de guerra que, finalmente, dictaminó su inocencia. Posteriormente participó en la persecución y muerte del jefe apache chiricahua Victorio, así como en la represión de la rebelión de los crow de 1887 (considerada la última guerra india). Dudley falleció en 1910, ascendido a general, y está enterrado en el Cementerio Nacional de Arlington. 

El coronel Nathan Dudley (Wikimedia Commons)
 

Pese a las adversidades, Susan no se arredró y permaneció en Lincoln, ayudada por los Tunstall para liquidar sus deudas. En 1880 se casó con un topógrafo que trabajaba para John Chisum, quien regaló al matrimonio medio centenar de cabezas de ganado para que iniciaran un negocio. 

Luego se separaron pero ella prosperó, arrebató tierras a los apaches mescaleros y creó un rancho con vacas al que añadió frutales regalados también por Chisum y en el que encontró una veta de plata. Pese a que llegó a ser inmensamente rica, en el momento de su óbito, causado por una neumonía en 1931, vivía con estrecheces económicas.

Susan McSween está enterrada en el cementerio de Cedarvale (William F. Haenn en The Historical Marker Database)

En cuanto a Chisum, durante el conflicto del condado de Lincoln se mantuvo en segundo plano, pese a ser socio de Tunstall y McSween, debido al juicio que sufrió poco antes, en la reseñada Guerra del Pecos. Sí proporcionó fondos y suministros, tal como él mismo le recordó en 1881 a Billy cuando éste, recién evadido de la cárcel en la que había sido encerrado (tras entregarse creyendo que le amnistiarían, y descubrir que, por contra, le condenaban a la horca), acudió a su rancho para pedirle dinero otra vez: quinientos dólares de pagas atrasadas. 

Pat Garret junto al sheriff Brady (Wikimedia Commons)

El joven pistolero no encajó bien la negativa que recibió y se dedicó a ejercer el oficio de rustler, o sea cuatrero, robándole mavericks (reses sin marcar) ayudado por tres de los ex-Reguladores, hasta que Chisum se hartó y, junto a otros ganaderos igualmente afectados -entre ellos, irónicamente, Dolan-, propició la elección de Pat Garret como sheriff ("Contratemos a un ladrón para atrapar a otro" dice el ranchero, interpretado esta vez por James Coburn, en una escena de Arma joven II), que presuntamente acabó con Billy cuando le localizó en casa de un amigo, Pete Maxwell... salvo que, como muestra esa película, fuera verdad la sebastianista historia que contó en 1948 un anciano llamado Brushy Bill Roberts: que él era el Niño y Garret mató a otro hombre).

El indomable Chisum murió en 1884, a los sesenta años de edad, a causa de los efectos secundarios de una operación dental. Dado que no tuvo descendencia legítima al no haberse casado nunca (convivió con una esclava llamada Jensie, que le dio dos hijas a las que aseguró su futuro pero no su herencia), fueron sus hermanos y sobrina quienes heredaron la colosal fortuna que dejó. Con razón o sin ella -en el Oeste, ya se sabe, cuando la leyenda se convierte en hecho se imprime la leyenda- ha pasado a la posteridad como uno de los grandes hombres de la historia del país.

BIBLIOGRAFÍA:

-CALDWELL, Clifford R: Dead right. The Lincoln County War.

-ACUÑA, Rodolfo F: América ocupada. Los chicanos y su lucha de liberación.

-DOVAL HUECAS, Gregorio: Breve historia de los cowboys.

-BADER, Jerry: Vaqueros, oficiales de la ley y forajidos. El mito de la psique americana.

-DOVAL HUECAS, Gregorio: Breve historia del Salvaje Oeste.  

-GARLAND FULTON, Maurice: History of the Lincoln County War.

-JACOBSEN, Joel: Such men as Billy the Kid. The Lincoln County War reconsidered.

-CHAMBERLAIN, Kathleen: In the shadow of Billy the Kid. Susan McSweeen and the Lincoln County War.

-BOSCH, Rafael: El bandolerismo del dorado Oeste (en Historia 16)-

-New Mexico Nomad.

-Wikipedia.

 

Imagen de cabecera: Billy the Kid and the Regulators, por Andy Thomas

Comentarios

Entradas populares de este blog

Firma de Solimán el Magnífico

Los Reyes Católicos ordenan quemar todos los libros musulmanes (1501)

Inicio y evolución de la esclavitud indígena en la América española