"My life on the plains", el libro del general Custer sobre su experiencia en las Guerras Indias

George Armstrong Custer publicó en 1874 un libro en el que contaba su experiencia en las Guerras Indias y, más concretamente, la campaña que dirigió contra los cheyennes en el invierno de 1868. Se titulaba My life on the plains. Or personal experience with indians (Mi vida en las llanuras. O experiencia personal con los indios) y se convirtió en una interesante fuente documental para conocer con detalle las operaciones militares contra los indígenas y las costumbres de éstos.

Cubierta de la edición original, en tela marrón y motivos dorados, publicada por Sheldon and Company en 1874
 
La mayoría de los estadounidenses los consideraban salvajes e inhumanos, un freno a la civilización; pero, como militar, Custer los veía fundamentalmente como a simples enemigos, bárbaros pero a la vez valientes, audaces e independientes, mostrando hacia ellos cierta empatía e incluso pesar por no poder compartir su modo de vida puro. La experiencia que tuvo con ellos había sido dura y ya había dejado atrás la visión romántica del indio que manifestó en 1858, en un ensayo que publicó con el titulo The read man (El piel roja) en el que lamentaba la destrucción de su hábitat y el trato que se le daba: "...pronto se hablará de una raza noble que antaño existió, pero que a día de hoy ha desaparecido".
 
Diez años más tarde, en My life on the plains, decía que "el indio ha perdido el derecho a que se le llame noble hombre rojo. Nosotros lo vemos como es y, hasta donde alcanza nuestro conocimiento, como siempre ha sido: un salvaje en el sentido estricto del término; no peor, quizá, que su hermano blanco criado de manera similar; pero con una naturaleza tan fiera y cruel que supera en exceso a la de cualquier animal salvaje del desierto. Que lo que digo es cierto, nadie que haya estado en estrecho contacto con las tribus salvajes lo negará".
 
 
El libro describe acciones, tácticas y escaramuzas, detallando las atrocidades que cometían los nativos pero sin escamotear las de los soldados. Además de la información antropológica y etnológica, considerada de gran valor por su grado de detalle, la edición original incluía una interesante documentación gráfica con retratos a plumilla de algunos de los jefes más destacados. 
 

En las imágenes se puede ver, entre otros, a los jefes kiowas Lobo Solitario y Satanta, y al arapahoe Oso Amarillo, además de una espeluznante matanza india y un retrato en grabado del propio Custer tal como aparecía al principio de la obra, basado en la célebre fotografía que le hizo George L. Andrews y acompañado de su firma. Se adjunta enlace a la versión en inglés que conserva la Library of Congress
 
Imagen de cabecera: La última cabalgada de Custer, por Mark Churms.

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