Formulario de interrogatorio para ingresar en la Orden de Santiago (1772)

 

Este documento de la imagen es un formulario impreso de interrogatorio para ser caballero de Santiago. Era ésta una orden de caballería con carácter religioso y militar, como otras nacidas en la Edad Media para defender la fe cristiana en el ámbito bélico. En concreto, la Orden de Santiago se fundó en el Reino de León en el siglo XII para proteger a los peregrinos que iban a Compostela, en el contexto de la Reconquista. Los Reyes Católicos consiguieron del papa Alejandro VI una bula para vincularla a la Corona y fue otro pontífice, Adriano VI, el que asentó esa decisión fusionándola con las órdenes de Calatrava y Alcántara en 1523, reinando Carlos I. 

Ingresar en la Orden de Santiago era una de las máximas aspiraciones en el siglo XVII, de ahí que la figura de Velázquez en su cuadro Las Meninas fuera retocada para añadirle la cruz tres años después de su finalización, cuando él obtuvo el ansiado hábito, ya que originalmente no estaba. Pero precisamente a partir de mediados de esa centuria fue complicándose el proceso. Los testigos aportados por el solicitante debían responder a una serie de preguntas que versaban sobre su vida, su familia y sus ancestros, con el objetivo de demostrar que tenía limpieza de sangre y dejar patente que sus antepasados eran hidalgos; gentes "Christianas viejas, y que no les toca raza de Judio, ni Moro, no converso en ningun grado", dice el impreso textualmente.

 

Asimismo, tampoco debían ejercer ningún "oficio vil, é mecanico", como correspondía al estatus de hidalguía que tenían que demostrar con sus cuatro primeros apellidos. Se refiere a comerciantes y otros trabajos artesanos, vetados a los hidalgos, que en teoría disponían de rentas suficientes para evitarlo. Artistas como Zurbarán, Alonso Cano y Carreño de Miranda fueron testigos de Velázquez en su solicitud de ingreso y tuvieron que jurar que no pintaba por dinero sino por satisfacer al rey (aún así, no superó la exigencia de la limpieza de sangre y Felipe IV tuvo que pedir una dispensa al papa Alejandro VII que concediera al pintor ser caballero de Santiago)

Como se puede leer en el documento, otras cuestiones eran tan curiosas como si el pretendiente sabía montar a caballo, si participó en algún duelo (y cuál fue el resultado) y si fue infamado. Por supuesto, también se explicita la obligatoriedad de advertir si él o algún familiar suyo estuvieron procesados por la Inquisición y en qué condiciones. 

 

La cruz de Santiago (Wikimedia Commons)

El documento, fechado en 1772 y conservado en el Archivo Histórico Nacional, corresponde al solicitante Juan Justo José de Croy y Habre y Lanti de la Robere, coronel de la Guardia Walona (un cuerpo de infantería reclutado en el Flandes católico desde tiempos de los Habsburgo y que tras la independencia de los Países Bajos siguió existiendo en España hasta 1820). Según relató él mismo, se cumplimentó después de que ya le hubieran admitido, gracias a que anteriormente era caballero del Toisón y Gran Cruz de la Orden de Carlos III, y a que el rey le había concedido directamente ser caballero de Santiago con la "encomienda de bienvenida".

Vía: Propylaeum