Bula del papa Alejandro VI concediendo a los Reyes Católicos los territorios conquistados en África (1495)

 

 
El 13 de febrero de 1495, el papa Alejandro VI emite la bula Ineffabilis et Summi, por la que concede a los Reyes Católicos los territorios conquistados en África y la investidura de los mismos a sus herederos.
 
Ese documento obedecía a la creciente tensión desatada con Portugal, después de que una carabela portuguesa fuera hundida a cañonazos por negarse a entregar la carga a su paso frente al Cabo de Aguer (en el actual Marruecos, frente al archipiélago canario), y que venía ya de lejos por el enfrentamiento entre ambas partes en la Guerra de Sucesión castellana (aquí ya mostré algún episodio curioso) así como por las respectivas reclamaciones territoriales sobre el Nuevo Mundo, que apenas había apaciguado el Tratado de Tordesillas de 1494.
 
Mapa de la zona realizado por José Olmo Boullón para su libro Los territorios españoles del Golfo de Guinea
 
La bula reconocía la soberanía castellana sobre aquellas tierras situadas "en los países sarracenos e idólatras", que comprendían las Islas Canarias (cuya conquista no había concluido aún) y las "tierras adyacentes", incluyendo varias plazas (entre ellas probablemente Fez), en lo que se dio en denominar la Corona de África. Su capital estaría en Santa Cruz de Mar Pequeña (Ifni), fundada en 1476 por Diego García de Herrera después de que éste, ante las revueltas originadas por las abusivas condiciones de vida que imponía y la amenaza de intervención de la Corona, optara por vender a ésta sus derechos de conquista sobre las islas aún libres de Canarias, que pasaron así a ser tierras de realengo. 
 
Santa Cruz de la Mar Pequeña se perfilaba como una buena cabeza de puente para acceder a la costa africana, hacerse con las pesquerías saharianas, intercambiar orchilla por oro y obstaculizar los intereses de los lusitanos, dada su ubicación cercana a las rutas comerciales y esclavistas. Nació a partir de un torreón defensivo que debía servir como futura factoría negrera y cuya localización exacta fue incierta hasta hace poco, en que se descubrieron los restos arquitectónicos, debido a que había resultado destruido dos veces, la última tras su abandono en 1524 por la presión del Sultanato Saadí. Se levantó entonces otra torre, la de San Miguel de Asaca, efímera. García de Herrera se apoderaría luego de Tagaos, antigua capital del reino bereber de Bu-Tata que, como toda esa pequeña franja atlántica, terminaría en manos de la Castilla en 1499.

Restos de la torre de Santa Cruz de la Mar Pequeña (APIAA)
 
Entretanto, Alejandro VI actuó por iniciativa propia para premiar la fidelidad religiosa de los Reyes Católicos y porque se preveía la conversión de los norteafricanos. Juan II de Portugal no tuvo tiempo apenas de protestar porque falleció ese mismo año, pero sí lo haría en 1497 su sucesor, Manuel I, paradójicamente casado con Isabel, la hija mayor de los soberanos españoles. 
 
Meses después, ese mismo año, Pedro de Estopiñán conquistaba Melilla para los castellanos y, dos años más tarde, Alonso Fernández de Lugo acometía una expansión hacia la Berbería occidental.
 
Alejandro VI retratado por Cristofano dell'Altissimo (Wikimedia Commons)
 
No obstante, y pese a que aquella región proporcionaba cien mil maravedíes anuales a la Hacienda Real, en las dos décadas siguientes se procuró evitar conflictos. La demarcación negociada en 1494 en el Tratado de Tordesillas dejaba a los portugueses el reino de Fez y a los castellanos el de Tremecén más Melilla, Cazaza y el litoral frente a Canarias (desde el Cabo Bojador hasta la desembocadura del río Messa). Para ello los monarcas terminaron centrando su atención en América y, en todo caso, de la Berbería mediterránea, dejando en manos portuguesas el litoral africano del Atlántico; Agadir, Safí, Azamor, Mazagán... La Convención de Sintra de 1509 estableció los límites definitivos.
 
El documento, que vemos en la imagen de cabecera, se conserva en el Archivo General de Simancas y puede consultarse en PARES (Portal de Archivos Españoles).
 
BIBLIOGRAFÍA:
-BLANCO VÁZQUEZ, Luis: El establecimiento hispano-africano de Santa Cruz de Mar Pequeña y su aparición en la cartografía náutica portuguesa de finales del siglo XV.
-CAUNEDO DEL POTRO, Betsabé: Diego García de Herrera (diccionario biográfico de la RAH).
-OLMO BOULLÓN, José: Los territorios españoles del Golfo de Guinea. Visión geográfica, histórica, económica y turística.
-SUÁREZ, Luis: Isabel I, reina.
-APIAA (Asociación de Profesionales Independientes de Arqueología de Asturias): La expansión colonial castellana en el África atlántica.

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