Orden General nº 11 de 1862, la expulsión de los judíos decretada por Ulysses Grant durante la Guerra de Secesión
La orden se emitió en el contexto de la campaña de Vicksburg, una serie de operaciones militares desarrolladas entre noviembre de 1862 y julio de 1863 con el objetivo de desalojar de la ciudad homónima a los confederados. Éstos, dirigidos por el teniente general John C. Pemberton, se habían atrincherado allí, convirtiendo la urbe en una auténtica fortaleza y constituyendo la última posesión sureña en Mississippi, un estado que había abandonado la Unión en 1861 al estar gobernado por demócratas segregacionistas y que terminó por ser uno de los más afectados por la contienda fratricida.
La campaña de Vicksburg entre diciembre de 1862 y abril de 1863 (Hlj en Wikimedia Commons) |
Para entender mejor la situación hay que saber que en las áreas de guerra eran los comandantes del ejército quienes tenían que autorizar las licencias para realizar actividades comerciales, lo que generaba un mercado negro muy activo. También que el plan nordista se basaba en un ataque simultáneo a Vicksburg que debían llevar a cabo, de forma coordinada, las tropas de Grant por tierra y las del general William T. Sherman por el río. Para ello resultaban necesarias dos cosas: mantener activas las redes ferroviaria y telegráfica, y asegurarse los adecuados suministros desde el almacén de Holly Springs.
La primera condición falló el 10 de diciembre de 1862, cuando una doble incursión por sorpresa de los generales confederados Braxton Bragg y Nathan Bedford Forrest cortó las comunicaciones destruyendo la vía férrea y el tendido del telégrafo. La segunda llegaría diez días más tarde, con el ataque del general Earl van Dorn a Holly Springs, que terminó con la quema de las provisiones y la retirada de Grant a Tennessee. Sherman intentó por su cuenta un asalto a Vicksburg apoyado por la flota fluvial del almirante David Dixon Porter, pero fue derrotado en Chickasaw Bayou y acabó destituido, siendo nombrado en su lugar John Alexander McClernand.
Ulysses S. Grant fotografiado en enero de 1863 (Wikimedia Commons) |
Entremedias, los preparativos nordistas incluían la instauración de campos de trabajo para las enormes oleadas de esclavos fugados del Sur, a los que se facilitaba un trabajo como recolectores de algodón, el mismo que hacían forzosamente en su anterior condición, aunque ahora a cambio de quedarse las ganancias de la venta del producto en el Norte (el cual se aseguraba así el suministro de esa materia prima a sus fábricas textiles). Se esperaba que ello sirviera también para integrar a los negros y, de hecho, el Gobierno incrementó los beneficios sociales que pudiera traer esa medida con otra: la legalización de los matrimonios de hecho entre ex-esclavos. En enero de 1863 se iría un paso más allá con la Proclamación de Emancipación.
Dado que el algodón ya no era tan abundante en el Norte como antes de la guerra, el ejército arrastraba en su avance a un grupo de comerciantes que trataban de conseguir cuanto podían. Las remesas que mandaban se completaban con las que facilitaban los contrabandistas; el bloqueo naval que sufría el Sur obligaba a los plantadores algodoneros a exportarlo bajo cuerda y ambos gobiernos transigían inicialmente, conscientes de la necesidad de evitar un colapso de sus respectivas economías. Al principio, pues, se permitió un comercio limitado impulsado por el Departamento del Tesoro de Lincoln a despecho del de Guerra, que consideraba que eso beneficiaba al enemigo.
Esclavos recogiendo algodón bajo la vigilancia de un capataz hacia 1850 (Wikimedia Commons) |
Pero, con el tiempo y la prolongación del conflicto, quedó claro que aquella situación iba para largo y había que dar un paso más. Fue entonces cuando empezaron los sobornos a los mandos y oficiales nordistas, por lo que se decretó que los comerciantes sólo podían operar en territorio unionista; cosa más fácil de decir que de hacer porque, al fin y al cabo, el algodón estaba sobre todo en terreno enemigo. Consecuentemente, los implicados hicieron caso omiso a esa directiva y continuaron pasando de un lado a otro sin que el esfuerzo de Grant por impedirlo resultara efectivo.
Aunque la mayoría de los comerciantes de ese ámbito eran gentiles, también había judíos y fue a éstos a los que el general identificó como principales implicados en el turbio negocio -"tiburones", se los llamaba despectivamente en alusión a que se nutrían del esfuerzo de los soldados en el frente-, siendo algunos dueños de grandes plantaciones esclavistas. Eso le llevó a prohibirles pasar de Jackson (la capital del estado de Mississippi), incluyendo el veto a usar el ferrocarril. A continuación, en la primera semana de diciembre, empezó a expedir órdenes para poner en práctica lo que estaba defendiendo; por la Orden General nº 2 se daba a los judíos, especuladores "y otros vagos" un máximo de veinticuatro horas para irse, so pena de ser destinados a cavar trincheras.
Sin embargo, la voluntad del temperamental militar era hacer eso extensivo a toda la comunidad hebrea, influyendo en tan extraordinaria animosidad dos factores. En primer lugar, la visita de su propio padre acompañado de dos contratistas textiles judíos, los Mack, que necesitaban algodón para confeccionar uniformes y le habían prometido un porcentaje de las ganancias si conseguía que su hijo les concediera una licencia; Grant, encolerizado, los echó a todos, progenitor incluido. En segundo lugar, la recepción de cartas enviadas por comerciantes judíos protestando por la orden, que le decidió a emitir una nueva el día 17, la Orden General nº 11, mucho más radical, por la que los expulsaba y a quien no obedeciera se le daría consideración de prisionero de guerra.
"Los judíos, como clase que viola todas las regulaciones comerciales establecidas por el Departamento del Tesoro y también las órdenes departamentales, serán expulsados del departamento dentro de las veinticuatro horas siguientes a la recepción de esta orden.
Los comandantes de correos se encargarán de que a toda esta clase de personas se les proporcionen pases y se les exija que se vayan, y cualquiera que regrese después de dicha notificación será arrestado y recluido hasta que se presente la oportunidad de enviarlos como prisioneros, a menos que se les proporcione un permiso de la sede. A estas personas no se les otorgarán pases para visitar la sede con el fin de realizar una solicitud personal de permisos comerciales".
Recorte del períodico The New York Herald del 2 de enero de 1863 anunciando la Orden General nº 11 (Seth Kaller) |
Dado que su abogado, el teniente coronel John Aaron Rawlins, le advirtió seriamente del problema legal que suponía la medida, Grant escribió al subsecretario de Guerra, Christopher Wolcott, explicándole las razones que le habían hecho adoptarla. El documento empezaba insistiendo en que todas las regulaciones comerciales "han sido violadas, y eso principalmente por judíos y otros comerciantes sin principios", pasando a acusarlos de llegar con sus carpetbaggers (un tipo de maleta básica y barata) para comprar algodón en su nombre o para terceros, saltándose sistemáticamente los límites hacia el mercado negro y desobedeciendo las restricciones establecidas. Añadía la recomendación de que fuera el gobierno el que adquiriese el algodón con un precio fijo y se encargara de venderlo, lo que permitiría prescindir de intermediarios.
Los historiadores parecen estar de acuerdo en que Grant se dejó llevar por tópicos y prejuicios muy arraigados. No era la primera vez que manifestaba opiniones hostiles hacia los judíos -en agosto mandó prestar atención especial a sus equipajes en los registros- y centró en ellos, una minoría, unas críticas que debían haber sido más generales. Quizá influyó el dejarse llevar por la extendida imagen estereotipada que había del judaísmo en el siglo XIX -la del mercader avaro, el Shylock shakesperiano-, que el año anterior había llevado a que una ola de antisemitismo se extendiera por todo EEUU, incluyendo los estados del Sur; al fin y al cabo, la comunidad judía había pasado abruptamente de quince mil personas en 1840 a más ciento cincuenta mil en dos décadas, con los problemas sociales que eso suele implicar.
John Aaron Rawlins, asistente de Grant (Wikimedia Commons) |
También debieron de repercutir en su decisión la agria desazón que sufrió al descubrir que su padre estaba implicado con judíos en el intento de obtener una licencia, la presión sufrida ante los resultados adversos obtenidos en la campaña bélica de Vikcksburg y, en suma, la incapacidad demostrada para detener el tráfico ilícito. El caso es que, expedida la orden, se puso en práctica su aplicación con la expulsión inmediata de los judíos de Holly Springs. Muchos se libraron de momento gracias a al referido ataque sudista que dirigió Van Dorn, pero sólo se trató de una dilación.
Tres días después, el 28 de diciembre de 1862, se reanudó la operación y una treintena de familias tuvieron que dejar las casas y comercios que tenían en la ciudad de Paducah, en Kentucky, sin tener en cuenta siquiera que algunos de sus miembros habían servido fielmente en el ejército (incluyendo cuatro generales en activo en la Unión). A pesar del aluvión de protestas que remitieron por carta al presidente Lincoln, fueron embarcados en un vapor fluvial que se los llevó remontando el río Ohío. Como cabía esperar, al saberse la noticia en Washington se desató el escándalo y la oposición demócrata no dejó pasar la ocasión, presentando una moción de censura contra Grant en el Senado.
El presidente Abraham Lincoln fotografiado en 1863 (Wikimedia Commons) |
La iniciativa fracasó, pero la opinión pública y buena parte de la prensa ya se había posicionado contra el militar por el abuso palmario contra los derechos civiles, publicando duros editoriales. Lincoln, tras recibir en la Casa Blanca a una delegación judía que le expuso detalladamente la situación, cursó un mandato a través del general en jefe de todos los ejércitos, Henry Waher Halleck, para que Grant diera marcha atrás:
"Se ha presentado aquí un documento que pretende ser las Órdenes Generales, Nº 11, emitidas por usted el 17 de diciembre. Por sus términos, expulsa a todos los judíos de su departamento. Si tal orden ha sido emitida, será revocada inmediatamente".
Henry Waher Halleck, general en jefe de los ejércitos nordistas (Wikimedia Commons) |
Grant no tuvo más remedio que obedecer y la normalidad quedó restablecida, Eso sí, en 1868, al presentar su candidatura a las elecciones presidenciales, la sombra de la Orden General Nº 11 le persiguió, debidamente recordada por sus rivales políticos. Él argumentó que había sido iniciativa de un subordinado y que la firmó sin haberla leído, asegurando que no tenía prejuicios religiosos ni racistas y que era fruto de una precipitación irreflexiva.
Al final consiguió ser presidente y no sólo lo hizo con la mayoría del voto judío sino que, en un arduo esfuerzo de reconciliación, incorporó a medio centenar de ellos para altos cargos federales -incluyendo por primera vez el de gobernador, en Washington-, protestó oficialmente contra los progromos que se estaban llevando a cabo en Rumanía y, en suma, revalorizó la posición social de la comunidad judía, asentándola en el país.
Caricatura de Bernhard Gillam para la revista Puck. Muestra las lágrimas de cocodrilo de Ulysses Grant al buscar el voto judío para las elecciones presidenciales de 1882, criticando un reciente pogromo en Rusia mientras detrás está su Orden General nº 11 (Wikimedia Commons) |
Pero, como decía al principio, el número once todavía daría hablar al numerar una nueva Orden General que expulsaba a gente de sus hogares. Esta vez sería ocho meses después, en agosto de 1863, y tendría un carácter más general, como veremos en el pŕoximo artículo.
BIBLIOGRAFÍA:
-SARNA, Jonathan D: When general Grant expelled the Jews.
-SARNA, Jonathan D: Jews and the Civil War.
-CANALES, Carlos y REY, Miguel del: A sangre y fuego. La guerra civil americana.
-BRANDS, H.W: The man who saved the Union: Ulysses S. Grant in war and peace.
-MILLER, Donald L: Vicksburg: Grant's campaign that broke the Confederacy.
-CHERNOW, Ron: Grant.
-Anti-semitism in the United States: General Grant's infamy (en Jewish Virtual Library).
-Vicksburg 1863 (Desperta Ferro, nº 7).
Imagen de cabecera: Grant y sus generales, obra de Ole Peter Hansen Balling (Wikimedia Commons)
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