La escandalosa Biblia inglesa con una errata que inducía a cometer adulterio
Henry Stvens fue un ilustre bibliógrafo estadounidense, nacido en 1819 en Barnet (Vermont), que pasó a la posteridad de su mundillo como comisario de literatura americana para el Bristish Museum y varias bibliotecas de su país, tanto públicas como privadas, además de fundar una asociación histórico-literaria llamada The Hercules Club. Él mismo escribía y entre sus obras figura la biografía de un colega bibliófilo, el filántropo neoyorquino James Lennox, cuya colección de libros nutrió los fondos de la actual Biblioteca de Nueva York: Recollections of Mr. James Lennox, of New York, and the formation of his library. Publicada en 1886, en ella recuerda una anécdota vivida treinta y un años antes, cuando compró por cincuenta guineas el que entonces era el único ejemplar conocido de una Biblia de 1631 y lo expuso ante la SAL (Society of Antiquaries of London) con el curioso apodo de Wicked Bible, es decir, Biblia Malvada. Veamos por qué.
Henry Stevens retratado por William Page (Wikimedia Commons) |
En 1611 se había editado en Inglaterra una traducción al inglés del texto sagrado bajo el título de King James Bible ("Biblia del rey Jacobo", en alusión a su patrocinador, el monarca homónimo), que en EEUU se conoce como King James Version o Authorized Version. No era la primera en ese idioma, ya que hubo una anterior, la Biblia Douay-Rheims, publicada entre 1609 y y 1610 (aunque el Nuevo Testamento había salido antes, en 1582). El problema estaba en que esta última había sido traducida de la Vulgata por el Collegium Anglorum Duacense con una intención claramente contrarreformista y ahora las cosas eran muy diferentes por cuanto el catolicismo inglés estaba ya postergado. Consecuentemente, la King James Bible se hizo desde la perspectiva de la Iglesia Anglicana y por ello tuvo importante repercusión, constituyendo la base de otras traducciones posteriores.
Frontispicio de la King James Bible de 1611 con el nombre del editor (Wikimedia Commons) |
Sin embargo, esa Biblia inglesa supuso un quebradero de cabeza para los religiosos y usuarios por un error o descuido que cambiaba el sentido del texto y el mensaje, dándole una pátina de ridiculez. Así, donde los cuatro evangelios narran la crucifixión (Mateo (27: 38-44), Marcos (15: 20-32), Lucas (15: 23-32) y Juan (19:17-24), decía "And there were also two other thieves", lo que se traduce como "Y también hubo otros dos ladrones [crucificados]", lo que daba a entender que Jesús era asimismo un ladrón. Probablemente la mayoría de los lectores no se percató de la necesaria coma omitida, salvo que tuvieran cierto bagaje cultural, pero los anglicanos reincidieron con la reimpresión de la obra encargada en 1631, que tuvo una equivocación aún peor y consecuentemente alcanzó mayor resonancia.
Para mayor escarnio, los autores fueron los mismos: los impresores reales de Londres, Robert Barker y Martin Lucas, que ya habían recibido algunas críticas porque la edición de la King James Bible era bastante deficiente: líneas irregulares, tinta de mala calidad y numerosos errores, aparte del reseñado, si bien menores en comparación. Pero volvieron a las andadas y no precisamente por falta de experiencia, pues el oficio les venía de familia: en 1599 Barker había heredado la imprenta de su padre Christopher, impresor real de Isabel I. ¿Cuál fue su fallo esta vez? Pues que al enumerar los Diez Mandamientos en el Libro del Éxodo 20:14-17, al llegar al sexto, "Thou salt not commit adultery" ("No cometerás adulterio", en el catolicismo "No cometerás actos impuros"), se saltaron la negación quedando justo lo contrario: "Thou salt commit adultery" ("Cometerás adulterio").
La errata en cuestión: "Thou salt commit adultery" |
Es decir, la nueva y flamante reimpresión de la Biblia anglicana, que debía corregir el despropósito de la anterior, incluía como mandamiento de la Ley de Dios el "cometerás adulterio". Esta vez se armó un escándalo mayúsculo; George Abbot, arzobispo de Canterbury, dejó una dura descalificación en la que decía haber conocido "la época en que se tenía mucho cuidado en la impresión, especialmente en las biblias, se conseguían buenos compositores y los mejores correctores, siendo hombres serios y eruditos, el papale y la letra raros, y hechos en todos los sentidos de la mejor manera. Pero ahora el papel no es nada, los compositores son muchachos y los correctores ignorantes".
Las palabras del prelado no iban mal dirigidas, pues no faltaron sospechas de que quizá el error no fuera tal sino una artimaña llevada a cabo por un impresor rival con el artero objetivo de que a Barker y Lucas se les retirase la licencia exclusiva de que gozaban para imprimir la Biblia. Probablemente también se manejaría la hipótesis de un sabotaje católico, teniendo en cuenta el contexto histórico.
La Star Chamber fue demolida en 1806. Este grabado de 1873 muestra cómo era su último aspecto (Wikimedia Commons) |
En cualquier caso, nunca se demostró nada en ninguno de los dos sentidos; ni siquiera ellos lo esgrimieron en su defensa cuando comparecieron en la Star Chamber ("Cámara Estrellada", un tribunal para casos de calumnia y traición que debía su nombre a las estrellas doradas sobre fondo azul que decoraban el techo) por orden del enfurecido rey Carlos I. Efectivamente, fueron condenados a la retirada de licencia y a pagar una multa de trescientas libras esterlinas que, al cambio actual, equivaldrían a casi treinta y cuatro mil.
Al final se les condonó la pena pecuniaria, pero todos los ejemplares impresos fueron incautados para quemarlos; sobre todo por aquella involuntaria incitación al adulterio, aunque también por otras erratas detectadas, como la del Deutoronomio 5, en el que la frase "Behold, the LORD our God hath shewed us his glory and his greatness" ("He aquí, el Señor nuestro Dios nos ha mostrado su gloria y su grandeza") quedaba convertida en "Behold, the LORD our God hath shewed us his glory and his great-asse"; great-asse significaba entonces "gran asno", y ya era malo, pero esa acepción se ha perdido y hoy estaría más cerca de otra peor, "gran culo".
Página correspondiente del Deuteronomio de la Wicked Bible conservada en la Universidad de Cambridge, sin el gazapo great-asse (Wikimedia Commons) |
Cabe decir que el teólogo Peter Heylyn no mencionó este gazapo en la reseña que hizo del caso en 1668, lo que ha sembrado la duda sobre si realmente existió. De hecho, no aparece en los pocos volúmenes conservados hoy. Y es que muy pocas de aquellas biblias sobrevivieron a la destrucción decretada, razón por la que alcanzan un alto precio entre los bibliófilos. Hay quince registradas en museos, bibliotecas y universidades del mundo anglosajón (Gran Bretaña, EEUU, Canadá y Nueva Zelanda), más un número indeterminado en colecciones privadas que de cuando en cuando salen a subasta con precios por debajo de cien mil dólares.
Otra errata de la que sí hay constancia es la que figura en la conocida como Judas Bible, una copia de la segunda edición en folio de la Biblia del rey Jacobo hecha en 1613 y de la que se conserva un ejemplar en la St. Mary Church de la localidad de Totnes, en Devon. Se la llama Biblia Judas porque en Mateo 26:26, durante la Última Cena, dice "Then cometh Judas with them unto a place called Gethsemane" ("Entonces llegó Judas con ellos a un lugar llamado Getsemaní"), cuando debería decir "Then cometh Jesus with them unto a place called Gethsemane"; es decir, pone Judas en vez de Jesús.
Detalle de la Biblia Judas con la errata, que se intentó corregir de forma doméstica poniendo un parche encima (Wikimedia Commons) |
Robert Barker acabó en prisión, de todos modos, en 1635. No por sus chapuzas editoriales sino por una manifiesta incapacidad para gestionar la imprenta, algo que le llevó a endeudarse; ni siquiera la King James Bible le había rentado gran cosa y murió tras los barrotes en 1643. Diez años más tarde de su óbito se imprimió en Cambridge otra edición que, fiel a aquella especie de maldición, tampoco se libró de un error, lo que les costó tres mil libras de multa a los nuevos impresores.
En Corintios 1 (6:9-11) se lee “Do you not know that the unrighteous will inherit the kingdom of God?” (¿No sabéis que los injustos heredarán el reino de Dios?), en lugar de "Do you not know that the unrighteous will not inherit the kingdom of God?" (¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios?). Y, lógicamente, se la apodó Unrighteous Bible, o sea, Biblia de los Injustos.
Imagen de cabecera: Un ejemplar de la Wicked Bible (Museum of the Bible)
Comentarios
Publicar un comentario