¿Por qué esta dama lleva una pistola en su cintura?

 


Si bien no hay datos documentales objetivos, los expertos creen que esta elegante dama veinteañera que vemos retratada en un óleo del artista asturiano Juan Carreño de Miranda, datado entre 1660 y 1670, es Inés Francisca de Zúñiga y Fonseca, condesa de Monterrey, condesa de Ayala, condesa de Fuentes de Valdepero, marquesa de Tarazona y baronesa de Maldeghein.
 
Hija de Fernando de Ayala y Fonseca y de Isabel de Zúñiga, en 1657 se casó con Juan Domingo Menéndez de Haro, más conocido como Juan Domingo de Zúñiga y Fonseca, comendador mayor de Castilla de la Orden de Santiago y vástago del que había sido valido del rey Felipe IV,  Luis Menéndez de Haro. Inés acompañó a su marido a Bruselas cuando éste fue nombrado gobernador de los Países Bajos españoles por el rey Carlos II. 
 
 
Durante la Guerra de Sucesión, el matrimonio apoyó al archiduque austríaco Carlos de Habsburgo frente al candidato francés Felipe de Borbón, que fue quien se impuso finalmente. Pero ella falleció en 1710, tras años antes de antes de la firma del Tratado de Utrecht que ponía fin a la contienda, sin haber tenido un heredero. 
 
Lo que puede preguntarse mucha gente es un peculiar detalle del cuadro de Carreño, que ante la manificencia del vestuario puede pasar desapercibido si el espectador no se fija bien: sobre las haldetas del jubón que cubren la basquiña-guardainfante lleva colgando una pequeña pistola dorada, atada a la cintura mediante un lazo rosa. ¿Por qué doña Inés llevaría ese arma? 
 
Pistolet à parfum decimonónica, de fabricación genovesa, conservada en el Musée Cognacq-Jay (Paris Musées. Les Musées de la Ville de Paris)
 
Lo cierto es que no se sabe con seguridad, pero la respuesta más probable es que no se trata realmente de un arma auténtica sino de una pistolet à parfum, es decir, un pulverizador de perfume imitando esa forma. Se sabe que existían, especialmente en el siglo XVIII, y hay museos que conservan algun ejemplar aunque posterior. 
 
También existe la posibilidad de que sea un neceser, pero el tamaño está en contra de tal hipótesis porque apenas cabría nada dentro. Una última y sencilla opción es que fuera una pistola auténtica; eso sí, entonces continuaríamos con la duda de saber por qué se retrató con ella.

En fin, si alguien tiene curiosidad por ver la pintura de cerca, se expone en el Museo Lázaro Galdiano de Madrid.
 

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