La Guardia Cívica de Ámsterdam retratada por dos pintores de épocas distintas

 


Cornelis Anthonisz fue un pintor y grabador holandés, nieto del famoso Jacob Anthonisz van Oostsanen (de quien fue aprendiz y heredó su taller), del que sólo se conservan dos cuadros que le sean atribuibles con seguridad (no así los grabados, de los que sí hay unos cuantos). Uno es Vista de Ámsterdam a vista de pájaro, pintado en 1538 y considerado el primer plano de esa ciudad, que la corporación municipal amsterdanesa le encargó para regalárselo al emperador Carlos V

El otro, que vemos en la imagen de cabecera, es un óleo sobre tabla que se titula Banquete de la Guardia Cívica de Ballesteros de Ámsterdam, pintado en 1533. En él se muestra a los integrantes de ese cuerpo armado, reunidos en una comida fraternal en honor de su patrón, San Jorge (al que se aprecia en la vidriera del fondo). El autor mismo aparece arriba a la izquierda, bajo la cartela con la fecha y firma (las iniciales C.T. significan Cornelis Theunissen), ya que en 1547 accedió al cargo de concejal.

 

Esa segunda pintura de Anthonisz constituye uno de los ejemplos más tempranos de retrato en grupo, un género que se pondría de moda ese siglo. De hecho, en 1648, el neerlandés Bartholomeus van der Helst, natural de Harlem aunque establecido en Ámsterdam hacia 1636 y del que se desconoce con quién aprendió arte pero convertido en un apreciado retratista, hizo su propia versión (imagen anterior) con motivo de la celebración de la Paz de Münster (por el que se ponía fin a la Guerra de los Ochenta Años y las Provincias Unidas se independizaban de España); en este caso, pese a ser también la Guardia Cívica de la ciudad, ya no se trata de ballesteros, puesto que ese arma había desaparecido al ser superada por las de fuego. Hablando de fuego, por cierto, un enfermo psiquiátrico incendió el cuadro en 2006; por suerte, las llamas dañaron fundamentalmente la capa de barniz y el marco.

Es interesante comparar ambas obras y apreciar el cambio estilístico pero, sobre todo, la evolución de la moda con un siglo largo de por medio. Asimismo, cabe recordar que ese tipo de retratos grupales abundaron en la Edad Moderna: Van der Helst fue autor también de La compañía del capitán Roelof Bicker y el teniente Jan Michielsz Blaeuw; Frans Hals firmó El banquete de los oficiales de San Jorge y empezó La flaca compañía (Pieter Codde terminó la obra); de Rembrandt tenemos La lección de anatomía del doctor Tulp, Los síndicos de los pañeros y, sobre todo, la Ronda de noche, etc. En la pintura española, los retratos colectivos tuvieron características diferentes, asociados a temáticas familiares y religiosas.

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