Primeras noticias del descubrimiento de América


La primera noticia que se recibió en Europa del descubrimiento de nuevas tierras al otro lado del océano Atlántico las trajo Martín Alonso Pinzón, que capitaneando La Pinta y separado de La Niña de Colón por una tempestad durante el viaje de regreso de América, arribó a Bayona (Galicia) a finales de febrero de 1493, unos días antes de que su superior llegara a Lisboa. Antes de zarpar de nuevo hacia Palos, Pinzón envió varias cartas a diversos puntos de España; una de ellas a Barcelona, donde estaban los Reyes Católicos, notificándoles la buena nueva.

Ahora bien, el marino falleció quince días después de desembarcar en el puerto onubense y no se conserva ninguna de esas misivas que mandó, por lo que sólo sabemos, muy someramente y por fuentes indirectas, lo que decía. En su Historia del rey don Hernando el Católico, impresa ya en la segunda mitad del siglo XVI, el cronista mayor del Reino de Aragón, Jerónimo Zurita, cuenta en dos líneas la llegada de la carabela, que se habían hallado las tierras que iban a descubrir y que éstas "eran pobladas de gente muy dispuesta para se convertir a nuestra Santa Fe Católica"

Edición de 1580 de la obra de Zurita (Biblioteca de las Cortes de Aragón)

Es decir, apenas una idea general, somera. Por tanto, el primer documento conservado es una carta que el almirante Cristóbal Colón escribió a Luis de Santángel el 15 de febrero de 1493, "sobre las islas de Canaria", cuando regresaba de su viaje. Santángel era escriva de Ratio (escribano de Ración, o sea tesorero) de la Corona de Aragón desde 1481, aparte de haber adelantado el dinero necesario para financiar la expedición.

La misiva, escrita en castellano, llegó primero a Lisboa, donde se le añadió una nueva fecha (14 de marzo) y se reenvió a su destinatario en Barcelona. Semanas después, alguien debió tomar conciencia de la importancia de aquel documento y ordenó imprimir un número indeterminado de ejemplares. Efectivamente, iba a tener gran trascendencia porque al menos uno debió trasladarse también a Roma, probablemente porque los monarcas entendieron que iba a haber dificultades con Portugal -de hecho, parte de la tripulación de Colón fue arrestada durante su escala en las Azores- y buscaban el apoyo del Papa, que lo concedió rápidamente, en junio, mediante la bula Inter caetera. En la ciudad eterna, se tradujo al latín el 29 de abril y se imprimió, adquiriendo notable difusión por el continente al hacerse varias ediciones en Amberes, Basilea y París, además de traducirse al toscano (italiano) y alemán.

Primera página de la carta de Colón a Santángel impresa en Barcelona en 1493 (Wikimedia Commons)

La carta en latín tiene algunas diferencias con la otra. La más importante es que va dirigida a otra persona: Gabriel Sánchez, un judío converso (como su suegro Santángel) que en ese momento codirigía la tesorería real y también había colaborado en la empresa de Colón. Es posible que el navegante escribiera dos cartas iguales -o muy parecidas-, una para cada uno, o bien que al hacer la traducción hubiera un error y se pudiera el nombre de Sánchez. O quizá no se usara como modelo el original sino una copia. En ese sentido, en el Archivo General de Simancas hay una cuya letra se parece mucho a la de Luis de Santángel y que presenta alguna diferencia respecto a la impresa, como llamar Guanabam a lo que en la otra designa como Guanaham.

En cualquier caso, la carta de Barcelona queda como el testimonio primigenio del descubrimiento de América y únicamente se conserva un ejemplar, el de la New York Public Library, ya que allí fue encontrado en 1889. Tiene algunas erratas, de las que las más curiosas son las lingüísticas, probablemente porque los operarios del taller de Pere Posa (el impresor más importante de Barcelona, que además era presbítero) estaban habituados a imprimir en latín y catalán pero no tanto en castellano.

La carta de Colón a Santángel del Archivo General de Simancas (Wikimedia Commons)

El texto no facilita información sobre la expedición en sí, ya que esos datos eran conocidos por Santángel, pero tampoco dice nada sobre la ruta seguida, salvo que se hizo la travesía de ida en treinta y tres días y la de vuelta en veintiocho. Lo que sí hace es reseñar por primera vez la llegada al Índico y la toma de posesión de tierras en las Indias, de las que cita los nombres de las islas halladas, bien el original, caso de la mencionada Guanaham (Guanahaní, rebautizada San Salvador), bien el castellano que se les puso, como Santa María de la Concepción, Fernandina, Isla Bella (traducida al latín como Isabela) y La Española (hoy Santo Domingo), así como referencias a Colba (Cuba). 

Explica asimismo Colón que en La Española construyó una villa de nombre Navidad -omitiendo que lo hizo con el maderamen de la naufragada nao Santa María- y de la existencia de otras tierras cuya descripción intenta alejarse de la fantasía del Libro de las maravillas de Marco Polo, que tan bien conocía (en la Biblioteca Capitular y Colombina de Sevilla hay un volumen en latín con anotaciones al margen hechas por el almirante). Así, deja escrito que "no he hallado hombres monstruosos, como muchos pensaban", si bien sobredimensiona el tamaño de las islas descubiertas ("más que la España toda") y habla de riquezas fabulosas que luego resultaron no ser tan abundantes como aseguraba: oro, especias... 

El Libro de las maravillas de Marco Polo que conserva la biblioteca Capitular y Colombina de Sevilla, con las anotaciones de Cristóbal Colón al margen (Wikimedia Commons)

Sin embargo, algo sí fabula porque hace ciertas referencias de oídas, proporcionadas por Pinzón, como la de los habitantes de Quaris, "que es poblada de una gente que tienen en todas las islas por muy feroces, los cuales comen carne humana" o las mujeres que pueblan Matinino, "en la cual no hay hombre ninguno" y que "no usan ejercicio femenil, salvo arcos y flechas".

En realidad, es probable que hubiera más cartas en aquellos primeros días del retorno. Así lo parece indicar una de los reyes a Colón, datada el 30 de marzo de 1493, asegurándole que "vimos vuestras letras". Una apareció en el llamado Libro copiador de Colón, un manuscrito de finales del siglo XVI hallado por un librero anticuario en Tarragona en 1985 y que fue adquirido por el Estado para el Archivo General de Indias. Aunque no se trata de originales autógrafos del navegante sino de copias, la más antigua lleva por fecha el 4 de marzo; el resto corresponden a los siguientes viajes.

BIBLIOGRAFÍA
-FERNÁNDEZ-ARMESTO, Felipe: Cristóbal Colón.
-VOLTES, Pedro: Colón.
-VARELA, Consuelo: Cristóbal Colón. Textos y documentos completos. Relaciones de viajes, cartas y memoriales.
-ZURITA, Jerónimo: Historia del rey Don Hernando el Católico.

Imagen cabecera: Colón recibido por los Reyes Católicos en Barcelona a la vuelta de su primer viaje (Francisco García Ibáñez) (Museo del Prado)

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