Carreira da Índia, la versión portuguesa del Tornaviaje



El Tornaviaje era la ruta que la Nao de Manila o de China, como también se la conocía (luego el Galeón), tomaba para realizar el trayecto entre Filipinas y el Virreinato de Nueva España a través del Océano Pacífico, finalizando viaje en Acapulco tras costear el litoral oeste de América del Norte; en total, unos seis meses de travesía, cuatro más que en sentido inverso. Descubierto por Andrés de Urdaneta en 1565 para salvar la enorme distancia entre ambos continentes, aprovechaba la corriente del Pacífico Norte, formada en su primer tramo por la de Kuroshio y la de Oya Shio después, para a continuación tener un segundo tramo integrado por la de California. Era un equivalente a la corriente del Golfo atlántica.
 
El Tornaviaje (imagen: dominio público en Wikimedia Commons)

Portugal tenía un sistema parecido llamado Carreira da Índia (Carrera de la India) mediante el que enlazaba Lisboa con los puertos indios de Goa Cochin (más, ocasionalmente, Malaca),  tanto para la ida como para al vuelta. En su caso, el itinerario consistía en circunnavegar África aprovechando las corrientes del Atlántico para doblar el cabo de Buena Esperanza (Bartolomé Díaz fue el primero en lograrlo en 1488) y luego las del Índico (donde había dos opciones, la interior que descubrió Pedro Álvares Cabral, en paralelo a la costa oriental africana, o la exterior, en mar abierto, dependiendo de la estación del año, pues ahí entraba en juego el monzón). 

La Carreira da Índia (imagen: Rowanwindwhistler en Wikimedia Commons)

La ventaja frente al Tornaviaje era la posibilidad de hacer escalas y, de hecho, los puertos de Madeira y Cabo Verde cogían de paso mientras que Mozambique constituía un punto de reunión para las naos que quedaban descolgadas a la ida, ya que las corrientes obligaban a hacer un amplio arco pasando más cerca de Brasil que del continente africano, tal cual debían realizar los barcos en el Tornaviaje de retorno por la costa norteamericana.

Una carraca portuguesa

En ese sentido la fecha máxima de para zarpar de la capital lusa se situaba entre mediados de marzo y mediados de abril para que las naos pudieran aprovechar los vientos atlánticos favorables y alcanzar su destino antes de que empezara la estación monzónica. La vuelta de la Carrera da Índia debía iniciarse entre diciembre y marzo para que el monzón soplara del nordeste, siendo enero el mes más habitual. Ocurría algo parecido a la ida, pues las corrientes obligaban a desviarse un poco hasta las Azores antes de llegar a Lisboa, en lo que llamaban Volta do Mar.

Imagen cabecera: Flota de Pedro Álvares Cabral

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