Andrés Reggio, el marino italiano que estuvo al frente de la Armada Española hasta los 88 años


Andrés Reggio y Branciforte Saladino y Colona, que tal era su nombre completo, fue un noble siciliano descendiente de familias principescas (Iacci, Campoflorido y Cariní) y nacido en Palermo en 1692, en tiempos en los que la isla formaba parte de la Monarquía Hispánica que encabezaba Carlos II. Empezó su carrera naval muy joven, en las galeras y navíos de la Orden de San Juan de Jerusalén, Rodas y Malta escoltando caravanas por el Mediterráneo, para luego hacerse caballero y, tras un viaje al Río de la Plata, ingresar en la Armada. 

En 1715 participó en la conquista de Mallorca, el último núcleo de resistencia de los partidarios del archiduque Carlos de Austria, en el contexto de la Guerra de Sucesión española, a las órdenes de Pedro de los Ríos. Ya con la nueva dinastía borbónica instalada en el trono, siguió a su servicio y ascendió a capitán, combatiendo en aguas italianas (al mando del San Luis primero y del Santa Isabel después) con distinta suerte.

Andrés Reggio y Branciforte
En 1720 tomó parte en la expedición a Ceuta con el navío Emprendedor, con el que viajó por América y luego, al mando de una escuadra, capturó varios mercantes británicos que llevaban provisiones a la sitiada plaza de Gibraltar. Navegó en la Flota de Indias durante unos años, tras los cuales regresó al Mediterráneo para la toma de Orán y Mazalquivir, así como la reconquista de Nápoles. Carlos III, por entonces monarca de ese reino todavía, le condecoró con la Gran Cruz de la Insigne y Real Orden de San Genaro, distinción creada por él mismo para celebrar su boda con María Amalia de Sajonia. Los miembros de la orden debían fomentar "el crecimiento, a toda costa, de la santísima Religión y virtuosamente obrar para llegar a ser heroico ejemplo de la piedad hacia Dios, y de fidelidad hacia su Príncipe".

En 1740, Reggio obtuvo el cargo de comandante general del departamento marítimo del Ferrol, que tuvo que dejar al mes siguiente para sumarse como segundo a la escuadra de Rodrigo de Torres, que zarpaba para Norteamérica. Una vez en las Antillas recibió el mando de las fuerzas navales de las islas y Tierra Firme (lo que era el Virreinato de Nueva Granada) y siguiendo la política de reforzamiento naval del ministro Ensenada, se ocupó de la construcción de arsenal de La Habana, una necesidad urgente debido a las campañas británicas por el Caribe. 


De hecho, en 1748 la escuadra de Charles Knowles trató de asaltar la Flota de Indias que dirigía Reggio, fracasando al ser rechazado y refugiarse las naves en el puerto cubano. Knowles desistió de sitiarlo, carente de fuerzas suficiente, como ya pudo ver al no poder hacerse con Santiago de Cuba y quizá recordando que el fiasco de su compañero Edward Vernon en Cartagena de Indias en 1741.

Charles Knowles (Thomas Hudson)
Para entonces hacía cinco años que a Reggio se la había ascendido a teniente general pero esa batalla le supuso tener que someterse a juicio, por dos razones. La primera, la retirada que ordenó al amparo del puerto, al perder barlovento y deshacerse su formación por no querer dejar abandonado uno de los barcos, que venía retrasado por una vía de agua, terminando casi todos con daños considerables y perder uno.

La segunda, que al duelo se disputó cuando España y Gran Bretaña habían firmado la paz mediante el tratado de Aquisgrán, un acuerdo que ponía fin a la Guerra de Sucesión Austríaca (hasta que las hostilidades se desataron otra vez en 1756 con el estallido de la Guerra de los Siete Años) y en la que los españoles y sus aliados italianos se habían alineado con Francia, Prusia, Suecia, Baviera y Sajonia, mientras que los británicos lo hicieron con el Sacro Imperio Romano Germánico, Rusia y las Provincias Unidas de los Países Bajos.

Al final, Reggio fue exculpado, puesto que ni él ni su adversario (que también tuvo que responder ante un tribunal) habían recibido aún  la noticia cuando combatieron; el propio rey Fernando VI le alabó "por el notorio valor y conducta con que sostuvo el honor del pabellón de España".

En 1749 regresó a España para asumir el mando de la Capitanía General de Cádiz y la Dirección General de la Armada. Los desempeñó hasta su muerte en 1780, cuando ya contaba ochenta y ocho años. Algo amarga porque en 1777 se había casado con Juana Quadrado Naranjo, algo que no gustó al rey (pese a que dio su visto bueno) por la diferencia de edad entre ambos y ello se reflejó en una real pragmática que ordenaba no tratarla como esposa de general ni darle pensión de viudedad. Sus restos mortales yacen en el gaditano Panteón de los Marinos Ilustres de San Fernando. 
 
La batalla entre las escuadras de Knowles y Reggio (Samuel Scott)

El documento adjunto, conservado en el Archivo General de Indias, es el "Resumen de la Carga que conduze la Escuadra del mando del Teniente General Don Andres Reggio que salio de la Havana el dia 13 de Mayo de 1749 años". Como se puede leer, los barcos que formaban la escuadra se llamaban Venzedor, Leon, Imbenzible, Nueba España, Tigre, La Nis, Gavarra del Rey, San Jorge, Rosario, San Espiridion, Conzepcion, Galgo, San Ygnacio de Loyola, Gavarra de Sevilla y Soledad. El cargamento que llevaban era valioso por transportar doce millones de pesos fuertes pero, según se acostumbraba resultaba variado: desde oro y plata acuñada hasta madera, pasando por cobre, tabaco, azúcar, cacao, café, etc.

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