El edicto de expulsión de los judíos de 1492

Quizá por aquel refrán sobre la alteración de la sangre, el comienzo de la primavera parece históricamente propicio para expulsiones. Si al inicio de esa estación de 1767 Carlos III firmaba el decreto que obligaba a los jesuitas a dejar los dominios españoles, más conocida y polémica fue otra marcha forzada que ordenaban los Reyes Católicos exactamente 275 años antes, el 31 de marzo de 1492, por el Edicto de Granada (también conocido como Decreto de la Alhambra): la imposición a los judíos de abandonar los territorios de las coronas de Aragón y Castilla. El texto se encargó al inquisidor general Tomás de Torquemada, quien basó la justificación de la medida en los delitos de usura y "herética pravedad" (es decir, mal ejemplo, incitación a los conversos a retomar su anterior fe). El propio edicto reseña que se tomó la decisión por el problema de los falsos conversos: mientras el judaísmo mantuviera su culto sería un estímulo para apostatar, sin que la Inquisición resultase ...